EE UU está sufriendo una crisis inmobiliaria importante. Durante el año 2006 la mitad de los préstamos hipotecarios que se formalizaron no tuvieron en cuenta las adecuadas previsiones respecto a la solvencia de los solicitantes del crédito, para poder abonar los intereses de los préstamos y el importe de las viviendas que adquirían. Estas hipotecas que se conceden a clientes de dudosa solvencia, las llamadas hipotecas subprime o hipotecas basura, conllevan el gran riesgo de que estas personas no puedan devolver el dinero con los correspondientes intereses. Esto provoca morosidad y se teme que exista una falta de liquidez en los bancos y que estos se vean obligados a vender sus acciones. Esto provocaría una grave crisis en los mercados bursátiles. Así lo que han hecho las principales autoridades monetarias; el Banco Central Europeo (BCE), otros bancos centrales y la Reserva Federal Estadounidense ha sido inyectar dinero o inyectar liquidez.
Inyectar dinero significa ingresar más dinero en el mercado a través de las entidades bancarias y estas hacerlo llegar a los ciudadanos. En realidad al inyectar dinero lo que hacen es prestárselo a lo bancos a un interés muy atractivo. Se realiza a través de subastas.
Con estas inyecciones de dinero también se pretende evitar una subida de los tipos de interés que podría ser provocada por una falta de liquidez en las entidades bancarias.
Por otra parte, no se conoce bien cuales son las entidades bancarias perjudicadas o relacionadas con la crisis inmobiliaria estadounidense con lo que muchos pueden estar sacándole partido a la crisis y a las inyecciones de dinero, por lo que también se está generando desconfianza.
Este procedimiento solamente se ejecuta en circunstancias excepcionales como cuando al día siguiente de los atentados del 11-S en Estados Unidos el BCE inyectó 69.300 millones de euros.