La morosidad hipotecaria no deja de crecer
22 de septiembre de 2013
La morosidad hipotecaria no deja de crecer, antes de la crisis la ratio se mantenía por debajo del 1%, ahora supera el 5%.
La morosidad hipotecaria es cada vez más alta. Hacer frente mensualmente a la cuota que supone haber comprado una vivienda y haberse hipotecado para ello, resulta para muchos ciudadanos una misión imposible dada la desoladora situación económica actual. El problema no es que ahora estemos mal, es que la crisis económica en la que nos encontramos inmersos ya dura 6 años.
Desde que a finales de 2007 se encendieron las primeras alarmas, hasta la actualidad, han transcurrido ya 6 años y los dramas familiares que se han producido se cuentan por millones. La cuota mensual de una hipoteca puede ser inasumible para muchas familias en los momentos actuales, en los que bajan los salarios, aumentan los gastos, se pierde fácilmente el trabajo y encontrar un empleo digno suena casi a utopía.
Si se suman toda clase de créditos destinados a la compra de una vivienda la morosidad alcanza la preocupante cifra del 5,03%, según los datos que ofrece el Banco de España.
Cuando se terminó el segundo trimestre el saldo de créditos hipotecarios dudosas marcó un máximo histórico: 28.629 millones de euros. En tan solo tres meses el saldo de hipotecas morosas ha crecido casi un 22%. Superar el 5% en morosidad hipotecaria contrasta claramente con el porcentaje que existía años atrás, en los que la crisis todavía no había producido grandes estragos. Concretamente, la morosidad hipotecaria se mantenía por debajo del 1% hasta marzo de 2008.
Los ciudadanos hacen todo lo que pueden. Nadie deja de pagar su hipoteca por gusto, con todo lo que ello supone. Ninguna familia quiere poner en riesgo su hogar. Por ello, desde las más altas esferas económicas se debe poner todo el énfasis necesario para que la situación no se siga agravando. Hay que buscar soluciones urgentes y eficaces, en la que todas las partes deben de ceder para que al final no pierdan todos. Las instituciones económicas y las entidades financieras deben de darse cuenta de que es mejor que todos puedan hacer frente a su hipoteca, encontrando las mejores fórmulas para rebajar las cuotas, a que cada vez sea mayor el número de familias que desisten de seguir pagando porque la mensualidad les resulte inalcanzable.