Se vislumbran dificultades económicas muy difíciles
La llegada de la guerra esta agudizando a gran velocidad la subida de precios
La pandemia del Covid-19 ha supuesto graves y dramáticas consecuencias sociales, sanitarias y económicas y justo cuando no es encontramos en el inicio de la esperanza de su disipación y la consiguiente recuperación económica, nos ha llegado la invasión de Rusia sobre Ucrania con también gravísimos y terribles efectos negativos de todo tipo.
Es bien cierto que la barbarie la está sufriendo de forma directa e inhumana la población ucraniana, pero los perjuicios económicos se van a esparcir por todo el planeta. Tanto es así, que, a modo de ejemplo, el presidente del BBVA, señaló en la Junta de Accionistas que posiblemente nos encontremos en un nuevo orden mundial.
La inflación ya se encontraba desbocada tras la pandemia, es decir los precios se estaban disparando y el Banco Central Europeo (BCE), ya empezaba a advertir que podría haber subidas de los tipos de interés en el futuro próximo, ya que la misma subida de la inflación no parecía ser un problema puntual o coyuntural, sino estructural. Pero es que ahora la guerra desatada por Rusia en Ucrania, está encareciendo a una velocidad de vértigo los costes de la energía, que se suman a la subida de precios como lastre del Covid-19.
La Unión Europea ve sobre si la formación de un tornado de dificultades económicas de grandes magnitudes. Además, parece ser que la guerra se va alargar en el tiempo, lo que nos sitúa en un terreno lleno de incertidumbre económica que puede ser terrible de digerir, si es que vamos a poder asimilarlo.
Estábamos esperanzados con el fin de la pandemia y el inicio de la recuperación, pero el problema de la guerra ha desbaratado todos los planes y ni siquiera se puede discernir con claridad cuáles van a ser las consecuencias económicas de la catástrofe, que pueden llegar a ser descomunales. Se espera sin duda, que la Unión Europea tome medidas de gran calado y a ellas se le deberán unir los planes nacionales de cada país.
Los sectores económicos más afectados por el encarecimiento de los combustibles, como los transportistas, ya están organizando, aunque todavía se les considere una minoría, parones y protestas, que pueden llevar y de hecho ya lo está haciendo hacia la falta de suministros y desabastecimiento de productos básicos. Pero, además, del encarecimiento de la gasolina y el gasoil, también el gas y la electricidad están subiendo su precio a pasos agigantados, lo que puede llevar a un gran descontento social. Si se encaren los carburantes y la energía todo va ser más caro y ¿cómo se va a poder todo ello afrontar por las personas, familias y empresas?
Se van a tomar muchas medidas desde la Unión Europea, como la desvinculación del precio de la electricidad del precio del gas o el establecimiento de un precio máximo. También se quiere acelerar la velocidad de desarrollo, de despliegue o de extensión de las energías renovables. Además, los gobiernos de los diferentes países también van a tomar sus propias medidas, como por ejemplo, establecer una rebaja significativa en el precio de los combustibles.
El gobierno español está intensificando su presión sobre los países europeos para que se tomen las mejores medidas y para lleven muy pronto cambios estructurales en el mercado energético. A nivel nacional, se espera antes del fin del presente mes la presentación de un gran plan nacional con muchas medidas para afrontar los grandes problemas económicos que va a conllevar la guerra.